En los recursos de acogida residencial de la fundación se atiende a:
– Chicos , mayores de 18 años, hasta los 25 aproximadamente, en grave riesgo de exclusión social,
– Con voluntad clara de inserción social y laboral.
– Con intención de realizar un programa educativo en la fundación.
– Con posibilidad y voluntad de vivir en grupo.
– Sin graves patologías mentales, toxicológicas o discapacidades (todo ello se valorará en función de la posible autonomía futura de la persona).
– Sin condenas pendientes como consecuencia de la comisión delictiva.
A jóvenes de 18 a 25 años que necesiten y quieran realizar un programa socio-educativo a pesar de no poder ingresar en los recursos residenciales de Putxet y no haya otros referentes sociales que los puedan atender.
No, el ingreso será la culminación de un proceso de conocimiento mutuo del joven y la institución, de un tiempo de espera hasta que haya una plaza disponible en Putxet y del resultado de unas pruebas prelaborales.
El tiempo de espera oscila entre 3 y 15 meses, según los casos.
Intentamos que no sea así, por cuanto la entidad derivante tiene que hacerse cargo de la subsistencia del joven los primeros 3 meses, plazo a partir del que se buscan opciones distintas para que el joven pueda pernoctar en una casa, a cargo de nuestra fundación o por medio de la derivación a otros recursos de Xarxa de Joves Sense Sostre de Barcelona.
El profesional de referencia puede escribir un mail con el informe social sucinto del joven a fundacionputxet@gmail.com y recibirá una respuesta dando cita para una entrevista en caso de ser un perfil abordable por la fundación.
No, en principio se tienen que derivar a entidades especializadas en estos colectivos.
Podemos ayudar a identificar cuáles son estas entidades, en cumplimiento de nuestro compromiso social con la comunidad.
Si residen en los pisos, reciben acogida residencial en un entorno de seguridad material y moral, diagnósticos prelaborales, derivaciones a instituciones formativas y colaboración con éstas para la inserción laboral.
Si son casos en seguimiento externo, se intenta asegurar unos derechos mínimos de la persona: a una vivienda, a la salud, a la alimentación y a una formación básica.
Se pide un respeto a compañeros y profesionales, un respeto por las diferencias de color de piel, religión, forma de pensar, etc.
El joven tiene que ser consciente que va a vivir a una comunidad humana con unos horarios que hay que cumplir, con unas obligaciones de higiene personal, de limpieza de la casa y de cocina.
Se trata de un centro socioeducativo, por lo que el joven tiene también que querer ajustarse a un programa educativo, supervisado por un educador de Putxet.
Finalmente, también hay una normativa de ahorro a los residentes de cualquier tipo de ingreso que tengan, que les permite una autonomía económica futura.